viernes, 18 de febrero de 2011

Miriam "la guapa"

Me llevo a los campos, donde sus padres cultivaban, para decirme que se iba de ahí. Estaba al lado ese muchacho que pudo conquistar su corazón. Algo que yo no pude. Siempre fui su amigo, nada más eso. Ella me hablaba, y me decía Dani, te voy a extrañar. En esos campos, un pocos desérticos, donde apenas brotaba algo que comer. Se marchaba, y no podía hacer nada. Al amanecer, llamo a mi ventana. Ella tenía 17 años, acababa de terminar el colegio, y se enamoro de aquel compañero suyo, y decidieron irse lejos de allí. Quería llorar, intente rogarle, pero me contuve, el rostro serio y adusto de ese muchacho, me hizo pensar, que él también la amaba como yo. Mirábamos como salia el sol, un frío recorría por el lugar. Tenía esa cazadora verde marino, que realzaba su bello rostro y su pelo castaño. Me tomo de la mano, mientras él seguía ahí a unos diez metros mirándonos, como diciendo, vámonos ya, vámonos ya. Nunca me lo presento, ni siquiera supe como se llamaba. Beso cada una de mis mejillas, y se fue lentamente. No pude decirle nada. Ella con un: Dani, siempre te querré. Y desapareció en el camino con él.

Al pasar el día don Julián y doña Asunción, buscaban a su hija. Estela ya estaba muy lejos de aquí. Llegaron a la casa de mis padres, y les preguntaron si yo sabía algo de ella. Mis padres, les respondieron que yo llegaba muy tarde de estudiar. Mientras en clases, yo no podía dejar de pensar en ella. Aún me me preguntaba, ¿por qué nunca le dije nada?, y ¿por qué no le pedí que se quedase? No se realmente cual fue su decisión de irse. El bus que me lleva a casa, es muy viejo, y casi nadie sube, solo unos cuantos, que nos deja por el trayecto. Así que me he echado en los últimos asientos, y me puse a recordar a Estela. Abrí un cuaderno, donde ella me escribió, siempre estaremos juntos. Tiene una letra muy horrible, muchas veces se lo dije, pero me hacía callar, y con una sonrisa me compensaba. Los baches y piedras del camino de tierra, avisan que ya estamos entrando a lugar alejado donde queda la casa de mis padres. Al bajar, me despido con un: Hasta mañana don Arturo. El chofer de aquel bus destartalado, hasta mañana Dani, y sigue su camino. Solo al llegar me abordan los padres de Estela, y me preguntan si se algo de ella. Pero prefiero mentir, y no les digo nada. Que para mi también es sorprendente lo que ocurrió.

Llegaron hasta las autoridades, pero nada. Ha pasado quince días desde que se marcho. Yo no he pegado ojo, en ese tiempo. Pienso una y otra vez en ella. Al amanecer del día domingo, como de costumbre iba con mis padres a escuchar misa, aunque no me gustaba, siempre los acompañaba. Esa mañana don Julian y doña Asunción, ya estaban más tranquilos. Habían recibido una carta de Estela. Les pedía que no se preocuparan más por ella, por que esta muy bien. Ella era feliz, por lo que les contaba. Se marcho, por que sus padres, jamas le dejarían estar con Jose Carlos. Y por eso tomo esa decisión. No les dijo donde estaban realmente, pero el saber que se encontraba bien, me reconfortaba y aliviaba un poco esta pena. Siempre veníamos a misa con nuestros padres. El párroco que venía de otro pueblo, nos pedía siempre no hacer travesuras. Una vez cuando tenía 9 años, tuve un sueño, en el nos casábamos en esa pequeña capilla. Lo curioso fue, nos casábamos siendo niños aún, siempre quise contárselo, pero me ganaba la vergüenza y no me atrevía. En ese bus destartalo nos contábamos todo lo que nos había pasado en clases. Siempre, la tuve a mi lado, siempre. A veces discutíamos por tonterías, volteaba su bello rostro, para no hablarme, abría la ventana y el viento hacía volar su hermoso pelo castaño. Yo me ponía a su lado, para que tocara mi cara. Ella solo reía, al bajar del bus, caminábamos hasta la puerta de su casa, y con beso, me decía chau Dani, hasta mañana, y salía dona Asunción, toma Dani, llevale esto a tu mamá, y esto para , y allí me iba comiendo una tortita de maíz, que ella preparaba. Caminaba hacía casa, mientras Estela me miraba por su ventana, y me alzaba la mano. Hasta mañana niña, hasta mañana. No puedo sacármela de la mente.

Han pasado cuatro años desde esa mañana. Gracias a la ayuda de mi madre termine la carrera técnica de agronomía. Pues era lo que había a mano. Siempre quise ser artista plástico, pero mis padres no pudieron enviarme muy lejos. Y yo también no deseaba dejarlos solos. Siempre hacía retratos. Dibujaba los campos, los animales que tenía mi padre en su establo, dibujaba a mis padres, y la dibujaba a ella, gracias a aquellas fotos que tenía. No somos ricos, pero gracias al tesón de mi padre, sus campos rinden frutos, los tiene muy bien cuidado. Mi padre me pidió que yo vaya a trabajar a otros lugares. Yo deseo quedarme aquí con ellos, pero siempre me insistía en que marchase, para poder evolucionar. La gran ciudad, me seduce, pero no. Prefiero quedarme aquí con ellos. Tratare de hacer más grandes las ganancias de mi padre. A menudo visito a don Julian y doña Asunción. Nunca más recibieron cartas de Estela. Salvo unas llamadas que hizo al teléfono de la tienda que esta a medía hora de aquí. Ellos se emocionaron al oírla, pero jamas llamo más. Dejo un vacío en su casa. ¿Donde andará mi niña? me dice con una nostalgia. Siempre que llego me prepara unas tortitas de maíz. Sus campos se volvieron inservibles. Con lo que estudie, les he querido echar una mano, pero don Julian, dice que ya no tiene fuerzas. Dios no les dio más hijos, que Estela. Ha pensado en vender todo eso e irse a la ciudad, con lo que logre sacar de aquello, podría vivir ya sin trabajar. Doña Asunción, tiene que acatar lo disponga su esposo. Me despido de ellos, y les prometo volver.

Muchas veces he pensado en regalarle un dibujo que hice de Estela a sus padres, pero tengo miedo que eso les cause más tristeza. ¿Donde estas pequeña, donde?

A lo contrario de don Julian, mi padre ha hecho una casa más grande, a pesar que solamente somos tres. Un día sábado con unos obreros, hizo un camino hacia, donde pasaba el bus, empredó aquello. Se veía muy bien. Todo aquel que pasaba le decia: Muy bien don Daniel, que buen trabajo ha hecho. Mi padre, siempre recibe una revista de edificaciones y constucciones y le fascina. Desea hacer una casa con fachada de piedra, como las hay en Galicia. Ha ahorrado mucho y desea esa casa que tanto desea. Los campos, siguen dando buenos beneficios. El progreso llego a nuestra familia.

En la construcción de la nueva casa, siempre estamos presentes, sin descuidar el trabajo. Cierto día llego mi madre, a observar como iba, y un golpe de calor, hizo que se desmayase. Fue un susto muy fuerte para mi. No estaba acostumbrado a eso. Solo atine a despertarla con chorros de agua sobre su cara, hasta que vino en si. Llego el médico más cercano, quien la observo. Ya en casa, con mi madre, a su lado. Empezamos a conversar, ya muy seriamente:
-Hijo, se que algún día no voy a estar a tu lado.
-Que dices mamá, si aún eres muy joven, no digas eso.
-Si, pero una nunca sabe, que puede pasar.
-Ya, ahora tienes que recuperarte.
-Estoy bien, pero esto me hace pensar, que tal vez te deje solo, yo quiero verte feliz.
-¿Por que dices eso, mamá?
-Es que desde que se fue esa niña, ya no eres el mismo.
-No pienses eso.
-Sabes bien, que nunca me gusto para ti, su coqueteo, hacía que brillaran tus ojos.
-No.
-Si, nunca te dije eso, pero lo se, mira que hizo, no le importaste, y se fue con ese muchacho.
-Ya mamá ahora el que se pone mal, soy yo.
-Perdóname hijo, no quería hacer eso, ve y búscala, ve.
-Que dices mamá, ya estas divagando, es mejor que descanses.
-Hace más de un año, te mando una carta, donde te pedía que fueras a buscarla, pero no te la dí, por que pensé que dejarías tus estudios, solo por ir detrás de ella, luego te mando otra, pidiéndote que la llamaras, pero no te la volví a dar, ¡perdóname hijo! ¡Perdóname!
-¿Qué has hecho mamá? ¿Qué has hecho?
-¡Perdóname hijo!
-Dame esas cartas mamá, dámelas por favor!
-Coge de mi armario, esa caja, coge.

No se que paso por la cabeza de mi madre, hacer aquello, pero la perdone, hizo de mi un hombre correcto. No se que haría sin ella. No estoy dolido, confundido un poco.

10 de abril de 2001

Hola, querido Dani espero que te encuentres bien,
sabes, no quiero volver a casa, no quiero. Solo quiero
que estes aquí, y me cuides de todo, te extraño tanto,
Jose Carlos, le robo dinero a sus padres, para huir, y
ellos, no se lo perdonaron, así que lo buscaron y hicieron
todo lo posible para que pagara su acción. Pero no se
que le paso por la cabeza, y echarme a mi la culpa, y les
dijo a sus padres quien yo era la culpable de todo, la que
organizo todo. Me duele decir esto, pero pase dos días
en prisión, fue horrible, solo lloraba y pensaba en ti,
lo que harías por cuidarme, por defenderme, pero al final
se supo la verdad, y jose carlos volvio con sus padres, y
a mi me dejaron tirada aquí, te necesito, ven por favor.
te quiero dani, te extraño, ven a cuidarme.
Estela
pd, perdóname las faltas de ortografía.

La carta venía dirigida para mi, pero remitía una tal Miriam, me extraño. Pero no puse más interés. La leí delante de mi mamá, quien me pedía que la perdonase otra vez. Solo le reproche el peligro, que pueda estar pasando Estela, mi Estela.

Madrid,15 de enero de 2002

Ya veo, que ya no te importo, tal vez fue por que me fui,
y tal vez no me lo has perdonado, me lo suponía, pero
te entiendo, a pesar de todo, siempre seras lo que más
quiero, aunque nunca te dije eso, te quiero, eres como mi
hermano mayor, aquel que no tuve, eres como mi padre
que me cuidaba, eres como mi angel que siempre velaba
mis noches, eres como mi maestro, que me reprendia
cuando fallaba, eres como mi mañana, que deseaba siempre
y me tenga un buen día, siempre esperaba que amaneciera
y verte tocar mi puerta, y ver tu sonrisa. Dani te extraño.
ojala y estes bien. yo estoy bien. No voy a regresar a casa,
algún día tal vez sepas por que, pero no voy a hacer eso.
te mando esa foto, tal vez te acuerdes de mi, espero que
ya te hayas comprometido y seas feliz.
ESTELA (Miriam)
pd. con lo curioso que eres tal ves preguntes ¿por que miriam?
chau,

Las cartas, me han dejado un vació en el alma, pero más aún lo que venía dentro de aquel sobre. Una fotografía de mi pequeña Estela, ya no era la misma. Su pelo castaño, era rubio ahora, su bello rostro, le brillaba de tanto maquillaje, pero ella, a quien tanto amo, y amare por el resto de mi vida. He mirado a mi madre, un poco triste, pero no le reprocho, he cogido una maleta y me marcho, quiero saber donde esta, ¿donde? Madrid es tan grande, pero tengo la fuerza necesaria para hacerlo.
-¡Ve hijo, ve hijo!
-Nos vemos mamá, espérame, vendré pronto
-¡Ve con Dios hijo, ve con él!

Hable con mi padre, y él me entiende, así que me ofrece su ayuda y voy en busca de Estela. No le dije nada a sus padres. Cogí en bus hacía Madrid. Son pocas horas de camino, y voy viendo su fotografía, llevo sus recuerdos, llevo tanta ganas de verla. No conozco esa ciudad, solo la vi por fotos.

Al llegar nada más, he cogido un taxi, le digo la dirección, al chófer y el todo sonriente me dice:
-A con que tienes ganas de marcha y sexo.
-¿Por qué dice eso, hombre?
-Ah, es que ahí abundan las discotecas y los puticlubs, hombre.
-Pues ni enterado, pero llevemé ya.
-Esta bien, hacía allá vamos.

Es un gran polígono, he llegado a la dirección, me olvido de aquella Miriam, y pregunto a aquella señorita recepcionista de esa pensión,
-Hola busco a una señorita de nombre Estela
-Estela, pues no me suena.
-Tiene unos 21 años.
-Aquí nunca he oído ese nombre, tal vez en otras pensiones, aqui abundan.
-Ah, mire aquí tengo una foto de ella (le muestro aquella foto que me envió)
-Pues, ella no es Estela, ella es: "Miriam, la guapa"
-¿Miriam, la guapa?, dígame la verdad, ella a que se dedica.
-¿Qué tienes miedo que sea puta, verdad?
-No, no para nada.
-No, ella es cantante y se gana la vida en los pubs y bares cantando.
-Cierto, puede ser, de pequeña cantaba muy bien.
-Pues ya no es una niña. Ella vivía aquí en una habitación, que por cierto se la pagaba un hombre mayor. Pero marcho de aquí, no se a donde.
-Tal vez, haya alguien por aquí, quien sepa.
-Pues es muy difícil, hablaba muy poco, y casi no tenía conocidos.
-Muchas gracias por todo, seguiré buscándola.
-De nada, hombre, que tengas suerte.
-Adiós-

Cómo encontrarla en una ciudad tan grande. Voy caminando sin rumbo, no quiero coger taxi alguno. Solo deseo caminar y caminar. Miriam la guapa, voy pensando sin parar, ¿donde estas, Miriam, la guapa?. He caminado tanto buscando. Se ha hecho de noche, y no solo se me ocurrió volver a aquella pensión del aquel polígono, a pasar la noche y comer, para mañana empezar otra vez. Volví a coger un taxi. He mirado las calles. Y el chofer pone música y dice:
-No le importa que ponga música,¿verdad?
-No para nada, hombre, para nada.
Entonces esa melodía me hacía recordar más y más a Estela, pero lo sorprendente fue escuchar esa voz, me parecía conocida.
-Señor ¿quien canta aquello?
-Ah, es una de esas putitas-
-¿Que putitas?
-Cantan en esos pub y bares de alterne
-Pero no son putas.
-Si, pero así les dicen
-Pero ¿quien canta aquello?
-Ah, esa es "Miriam, la guapa", canta bien, y tiene una figura.
-Y donde puedo encontrarla?
-Ah, ahora mismo ella canta en un pub de Mostoles
-Llevemé hacía allá, por favor!
-De llevar te llevo, pero esta lejos y te va a salir muy caro.
-Usted no se preocupe, le pago lo que sea-
-Ah, quieres verla, pero debes de tener mucho dinero, hay uno que la cuida-
-Llevemé, ya!

Después de mas de una hora en el taxi, he llegado, no me despido del taxista aquel, le pedí que me regale la cinta aquella, y me la vendió muy cara. No se ven carteles, ni afiches algunos. He entrado, y pregunte por el programa de esa madrugada. Me dan razón y me adentro en un recinto muy poco concurrido. Un escenario poco iluminado, mesas sombrías, espectadores ya bebidos, no tan impacientes. Ya habían pasado uno que otro artista o comediante. Me he sentado. De repente se acerca un camarero, al verme solo, me dice que voy a servirme, y me entrega el listado de precios. Pero no los precios, de un vino o una bebida alcohólica. También era uno de esos llamados puticlubs. Le he preguntado a ese camarero por Miriam"la guapa". Y me dice que salia más tarde, pero que ella, no estaba en esa lista.
-Y eso de que sale más tarde, a que se refiere- le digo un poco extrañado (Estaba loco por verla)
-Ah, es que ella sale a partir de las 2 o 3 de la mañana, y cuando empieza a cantar, excita a los del publico y eso anima, a que entren y contraten servicios de las chicas que están dentro.
-Pero Miriam, no trabaja en eso ¿verdad?.
-¡Que bah! es muy estrecha la condenada, es muy guapa, pero no le entra a eso, ademas él tío ese que la cuida, no la dejaría tampoco.
-Y quién es ese tío que la cuida.
-Un gorila que es un maricón, y además es su representante.
-Ah, bueno entonces hablare con él, a ver si hay posibilidad de contratarlo.
-Trabajas en este mundillo también ¿eh?
-No, solo para verla cantar.
-Si, pero solo se mueve en estos sitios, por cierto ¿que vas a tomar?
-Tráeme un vino.
-Bueno, al menos déjame un propina.
-Si hombre claro- Se fue contento con el billete que le dí. Respiro tranquilo.

Un comediante empieza a contar chistes eróticos, muchas señoritas, esperan a su compañeros de noches. Empieza a llegar mas gente, de todo tipo. La espera, me desespera, quiero entrar y buscarla, pero ya me dijo ese camarero, que ella aparecía mas tarde. Los recuerdos vienen a mi mente, muchas cosas. ¿Por qué no quiso volver a su casa?. ¿Por qué yo no busque primero a José Carlos? ¿Y por qué mi madre hizo aquello?

Estoy despierto más desde hace 24 horas. Llevo consigo esa fotografía, quiero ver ya a Estela. Entonces un presentador, con una voz gruesa y sensual, invitaba a todos a recibir en aplausos, a Miriam, "la guapa" Y hacía su aparición, en la penumbra de ese escenario. Empieza a mirar a todos, como diciendo aquí estoy. Están preparados para escucharme. En ese instante, sin más me he parado y empecé a caminar hacía ella. Con la poca luz, que había aún no se fijaba. Un hombre alto va hacía mi, pero acelero, es allí que se da cuenta, nos miramos fijamente, y le dije: Vine por ti. Y sin más se bajo de allí. Nos abrazamos muy fuerte, pero los grandes brazos del aquel hombre. Ella le dice al oído algo que no logre escuchar, debido a los silbidos de la gente. Quedan en acuerdo de algo. Se marcha. Ella me pide sentarme, a un lado. Entonces pidió disculpas por aquel lapsus. Y con un gesto, pide que le pusieran aquellas pistas. Empezó a cantar aquellas canciones, que no dejaban a la imaginación a nada, tan directas, tan fuertes. Solo la miraba. Mientras la gente se alborotaba. Y le decía miles de cosas. Ya no tenía el pelo castaño, ella rubia.
Ella seguía arriba cantando y excitando a todos. Y de repente aquel hombre me llama a un costado.
-Me dijo Miriam, que eras su hermano ¿es cierto eso?
-Si, y vine por ella.
-Mira chaval, tu hermana me dijo que era sola, ahora sale con eso, pero ella tiene talento, déjala trabajar y vas a ver que dentro de poco, serán mucho mejor los escenarios.
-Esta bien, sera ella quien decida.
-¿Cómo te llamas?
-Dani ¿y tu?
-Marcelo.
-Pues ya sabes Marcelo, que sea ella quien decida.

Al acabar su presentación, ella se acerco a Marcelo, hablo un poco. Me moría por estar cerca de ella. Dando pasos presurosos vino hacía mi, sin decir nada me abrazo. Rodee su cuerpo, y también la abrace fuerte. En silencio, no decimos nada por un buen rato. Un abrazo que reemplazo a todos esos que no nos dimos en ese tiempo.
-Te he extrañado tanto Dani, no sabes cuanto.
-Yo te extrañe el doble, y ahora ya no, por que te tengo y no te dejare ir.
- Ahora no se, si quiera volver, pero me emociona que estés aquí conmigo.
-Regresemos a casa, volvamos, allá te esperan todos los que te queremos.
-Allá nadie me quiere, solo tú, solo tú!
-Pero tienes a tus padres, ellos estarían felices si vuelves.
-No Dani, con ellos no vuelvo.
-Pero ¿por qué no?, vamos Estela, volvamos por favor!
-No, ya te contare eso algún día.

Se marcho a su camerino, nos vemos luego me dijo. Me dio su numero de teléfono y el de Marcelo. Le pregunte si era su novio. Me dijo que no, que solo es su representante, y que le van otros rollos. Pero que es muy bueno. La ayudo cuando yo no lo hice. Estuvo con ella, cuando debí estar yo. Pedí un taxi y me fui a aquella pensión. No le pedí que me llevase, espere que me lo dijese. He dormido todo el día. Al anochecer la llame, para seguir charlando, me pidió que vaya donde estaba. Mientras iba para allá, llame a mis padres, para contarle aquello, pero les pedí que no les digiera algo a los padres de Estela. Me invito a pasar a su apartamento. Allí vive con tres amigas más. No les pregunte a que se dedicaban. Hemos cenado y conversamos todo aquello que nos paso en ese tiempo. Pero no la logre convencer de irnos al pueblo. Pasadas las horas llego Marcelo, para llevarla a una nueva actuación. Con un fuerte abrazo y con dos en mis mejillas, me dijo: Si piensas quedarte, ya sabes donde estoy, por favor llámame! Te necesitare siempre.¡Yo también! Le desee mucha suerte. No me invito ir a verla, por que sabe que no me gusta aquello. Se fueron todos de aquel apartamento.

En el bus de regreso, voy escuchando la cinta que me obsequio. También una fotografía nueva. No quiso regresar. No le importo mis ruegos. Me contó que debido a los problemas económicos que pasaban, muchas veces, pero muchas pasaron hambre. Un día su padre le dio una gran golpiza, y su madre no la defendió, solo por comerse el pan, que había. Eso no se lo perdona, me lo contó con lágrimas en los ojos. Y las tortitas de maíz que me daba de pequeño, eran por que se las regalaban. De las penurias que paso, luego que José Carlos la abandonase. De como conoció a Marcelo, un empresario venido a menos. Y por que eso de Miriam "la guapa". Cuando empezó a trabajar como camarera, en el bar aquel, había un poster de una actriz muy reconocida, de nombre Miriam Fernandez, y una de las compañera, le vio un parecido enorme, y Estela les decía, que no, que ella era más guapa. Y así fue como empezó a ser conocida con ese nombre, y además a Marcelo le gustaba, y decidió llamarla así. Ya no era Estela. Pero para mi, sigue siendo mi Estela, mi pequeña, mi amiga, mi amor. Aunque este otra vez, sin ella.

Lo curioso fue casi al final. Me reprocho, el no ir a verla, cuando me necesitaba. Tuve que mentir, y no dejar mal a mi madre. Eche la culpa de todo a correos. Que por problemas de ellos, me las entregaron hace poco, y me sorprendió mucho al recibirlas como Miriam. Cuando yo esperaba cartas de mi Estela. Pero ella me creyó. Y me volvió a decir, cuanto te necesite!

Muchas veces nos llamamos (casi a diario) y nos contamos todo. Ella sigue trabajando en lo mismo, y le va bien. Cuando llama a casa, y mi madre contesta hablan poco y me la pasa muy sería. Me doy cuenta que no le seguía cayendo bien. Tenemos una gran casa, la casa que mi padre siempre soñó. Todos los días nos levantamos y trabajamos. Es tanto el trabajo que tenemos obreros a cargo. Mi padre ha puesto todo a mi nombre. Hasta los productos que hacemos. No quiero dejar a mis padres. Pero me muero por volver a ver a Estela. Tal vez algún día. Espero estar allí cuando me necesite, ahora si estaré, por que siempre la he amado.