sábado, 3 de diciembre de 2011

Alguien en mi cama

Me costo mucho conciliar el sueño. Ya era muy tarde y tenía que ir a trabajar, dentro de unas pocas horas. Siempre había sufrido de insomnio, pero esto ya había sido mucho para mi. Me daba la vuelta, dormía boca abajo, y aún con eso.

Ya llevaba un poco de más de un año lejos de mi patria. Vivo en un pequeño pueblo al norte de Lugo. En invierno hace un frío inclemente. Y las lluvias y el viento, son muy incesantes, pero aún con todo, me gusta este lugar. Al lado del mar, y unas montañas verdosas. He conocido mucha gente, y he hecho unos cuantos amigos. Mi apartamento es pequeño, pero aún así muy acogedor. Tengo una chimenea muy hermosa. Ahí me siento a leer y sentir el calor que produce el fuego. No prendo la calefacción. Vivo solo, y a veces llegan alguno que otro conocido, que no tiene donde dormir, les ofrecía la habitación pequeña y se quedaban conmigo, cuando estaban de pasada. El arrendatario es una persona muy buena. El edificio a pesar de ser muy antiguo, esta muy conservado. Cuando llego de trabajar, algo un poco para comer para el día siguiente y lo que queda es para cenar. Nunca me gusto comer solo, pero era lo que vivía en este tiempo. Mientras preparo la ducha, prendo el ordenador para escuchar las noticias en internet. Al terminar de cenar, me tumbo en el sofá a ver un poco de tv local. Muchas veces, aunque no lo deseo, veo esos programas llamados del corazón. Ya cuando siento que el cansancio me vence, me acuesto a dormir.

3:36 a.m.

¡Mierda! otra vez, se me va el sueño. Entiendo, que debo concentrarme para conciliarlo, pero es muy difícil. Cuando ya me siento rendido, veo que el reloj marca: 5:45 a.m. Ya queda poco para levantarme. Refunfuñar, solo me queda eso. Muchas veces decido quedarme despierto de largo.

En una noche de enero, era las 11:00 p.m, hacía mucho frío, el termómetro marcaba -06 grados. Estaba congelado. Decidí prender la calefacción. A pesar que me costaba prenderlo, por temor al cambió brusco de temperatura. Me metí en cama, para ya dormir. Espero dormir tranquilo. Pero van a ser ya las 12:00 a.m. y no puedo. Enciendo la radio, y escucho un programa radial, pero me es tan aburrido, y pongo un CD de música. No se cual escoger, pero al final me decanto, por uno de Laura Pausini. "Amores extraños" suena una y otra vez, le puse al "repeat" deseando que con esa canción me entre el sueño de una vez. Ya para este tiempo de vivir en este apartamento, pasaban cosas curiosas. Cuando contaba estas cosas, me decían que solo era por la acústica del mismo apartamento. Y si me pasaba algo a mi, era por la misma forma de dormir que tenía. 01:35 a.m. he visto el despertador, y con un poco de angustia, he pedido poder dormir....

Acostumbrarse

Llego con unas ojeras al trabajo. Y los compañeros lo notan. Me lo comentan. Les cuento mi problema, me recomiendan pastillas. Muchas veces las he tomado. Y me acostumbre a ellas. Algunas que otras veces me han hecho efecto. La música es realmente lo que me relaja y me ayuda a conciliar el tan ansiado sueño. Todas las noches tengo muchos sueños, de todo tipo y colores. Pero la mayoría de esos son pesadillas. Cuando le pongo mucha atención, es donde pierdo el hilo del sueño. Muchas veces he desafiado al destino, y le he pedido explicación del por que de mi problema, sin tener respuesta. A medida que pasa el tiempo, me doy cuenta que yendo a tratarme o algo parecido, siempre voy a sufrir esto. No hay curación alguna.

Sueños y pesadillas

Hoy en la madrugada he tenido un sueño muy raro. En este, tenía una novia rubia. Se parecía mucho a Loli, una linda chica que trabaja de cajera, en una tienda donde hago mis compras. Ella me gusta una barbaridad. Tiene unas piernas flacas, pero bien contorneadas. Pues aquí eramos pareja. Y de repente salía un hombre de un bigote bien peinado, y me decía: Quítate de allí, rapaz, que ella es mía. Me amenazaba teniendo una espada apuntando hacía a mi. Al despertar, he querido ver la hora, pero me da un poco de miedo ver, que sean las 6:00 a.m. o algo parecido y tener que levantarme a ir a trabajar. Al cabo de unos días, tuve otro sueño. Vivía con Dario, un compatriota, era huanuqueño y llego a España, hace poco, y no tenía donde vivir, y le di cobijo. Y en el sueño él me decía: Vamos a la tienda a comprar. Y yo aceptaba. En la entrada, sacaba dos pasamontañas (verdugos) ponte este. Me lo puse, saco una pistola y amenazo a todos, me obligo a sacar el dinero de las cajas.. mientras veía el rostro aterrado de las cajeras. Una de ellas, era Loli, y no podía dejar de mirarla. Ya de paso coge ese pan que esta ahí para comerlo. Y nos fuimos raudos de ahí, pero detrás de nosotros, iba con pistola en mano, un hombre con bigote, muy parecido al del sueño anterior. No escondimos en unos escombros, que había cerca. Y aquel hombre repetía lo mismo: se que están ahí, se que están ahí. Y en un instante, como ese hombre se dio cuenta de mi. y me apunto...Al despertar me dí cuenta de algo. El bigote aquel, que relación tenía. En el trabajo deseaba contar aquello, pero se que pasarían de escucharme, así que me calle. Al pasar unos días me encontré con Darío, que con su acento andino, me hablaba como español: ¡Hostias, como te va chaval! Le conte aquello, y él solo me replico, que era efecto del insomnio. Pero con el correr de los meses, tuve muchos más sueños y pesadillas, con personas conocidas, algunas de ellas tenían bigotes. Mar, barcos, tierra, campos y mucho más. A pesar de vivir solo, no tenía miedo. Incluso muchas veces, veía películas de terror o ciencia ficción. Una noche vi muchas, empecé por "El sexto sentido", no me pareció tan aterradora. El efecto surround de la película, que producía el reproductor DVD, te hacía sentir dentro de ella. La película pasable. Y así casi siempre. O sino también leía obras y novelas, que coleccionaba. Leí muchas. Pero me quedo con las de Stephen King, y una que otra de Mario Vargas Llosa. Para esos días me compre un CD del grupo madrileño "La Quinta estación" aunque podía bajarlo por internet lo compre. Siempre escuchaba el CD, en casa, me relajaba. El tiempo pasaba.

Viveiro y la aparición.

El pueblo de Viveiro, es una de las ciudades más bonitas que haya visto. Vivía ahí, y me gustaba. Un pueblo muy antiguo. Como les dije, tenía amigos y muchas veces me invitaban a sus casas. Algunas de ellas, muy antiguas pero conservadas. Siempre escuchaba de sus historias, y me fui adaptando más y más a esta gente. Pero sin perder mi identidad peruana, de la cual me siento orgulloso. Un día don Antonio, me pidió que lo ayudase a llevar unas cosas, de aquel edificio, donde vivía, a una casa que tenía en el campo. En el sótano, tenía cosas que databan del sigo XVIII y XIX, que eran de sus antepasados. Cuadros y espejos inmensos, realmente cosas de mucho valor. Cuando íbamos en el camino, me enseñaba las casas grandes y antiguas, y me contaba las historias de ellas. Mira aquella- señalándola- tiene 300 años, es de piedra, ahora no vive nadie, pero creo que es la iglesia la que se ha adueñado. Venían a darle compañía, a los últimos que vivían ahí- decía como todo profesor de historia. Luego pasamos, por un molino de piedra. Unos de los más antiguos que hay. Hoy el concejo lo cuida como patrimonio. Al llegar a aquella casa de campo, muy grande, dejamos todos esos objetos. Estuvimos unas horas mientras me enseñaba todo y me contaba más historias. A esta casa, se le sumaba otra que tenía en cerca al mar, donde veraneaban. Pero el estado le expropió casi la mitad del terreno. Don Antonio, siempre vivió bien. Su padre fue un empresario naval, dueño de algunos barcos, que con el tiempo fueron perdiendo y vendiendo. También tenían negocios de inmobiliarias. Ya en el camino de vuelta. Me contó de como consiguió aquel edificio del cual era dueño y arrendaba. Su padre también fue un jugador empedernido. Las apuestas y juegos de cartas, le costaron muchas propiedades. Pero también muchas veces ganaba. Y en una de esas apuestas gano aquel edificio. Y su padre se lo regalo antes de que él se casara. Ya en casa, después de cenar, pensé en salir un rato a divertirme y tomar algunas copas. Tal vez llame a alguien. Pero al final declino la idea. Eran las 2:00 a.m. me metí en cama. Puse aquel CD, que había comprado y puse una y otra vez: "Me muero". Y me quede dormido. En un instante de aquel letargo apague la música. Sentía que alguien me quitaba la frazada, y yo luchaba con ese alguien. Me moría de frío. Mi sub conciente, sabía que era un sueño. Deje de luchar por la frazada. Me desperté, eran las 3:00 a.m. Menos mal que mañana es domingo y no hay que trabajar. He pedido en rezos quedarme dormido otra vez. He caído en un profundo sueño, que agradable. He dado gracias. Siento que alguien o algo me abraza. Me abraza con más fuerza aún. Me he volteado, para dejar de sentir aquello. Me tocan las piernas. Me he vuelto a dar la vuelta. Y volví a despertarme. Otra vez puse el CD, y la misma canción de "La quinta estación" He cogido sueño y volví a dormir. Tres o cuatro pesadillas, acompañaron esa madrugada.

Salí a disfrutar de aquel domingo. Un día entero viendo los barcos, que zarpan hacía el mar. En casa, siempre esos días son calcados. Una que otra vez, llamo a mis padres a Lima. Siempre les cuento de como me va en este lugar. Siendo ya de noche, reviso la alarma del despertador, para no tener sobresaltos, antes de ir a trabajar. Hoy no tengo ganas de escuchar música. Leo una novela de un escritor peruano. Al dormirme, siento que alguien o algo juega con mis pies. Me han sacado los calcetines. Me levanto, y me los vuelvo a poner. Pienso con el movimiento que daba tal vez, se me habrían salido. A unos pocos minutos, he sentido de como me abrazaban una vez más. Estoy incomodo. Pasaron unos minutos, echado en cama, la luz apagada, pensé en poner una canción. Me quede pensando un buen rato. He caído en un profundo sueño. 3:15 a.m. Alguien me ha besado, he sentido como mis labios se movían, y no estoy soñando. Me doy la vuelta incomodo. Detrás mio, he sentido como querían tener algo más conmigo. Me he incomodado más y prendo la luz. No he soñado esto. No he dormido nada desde ese rato. Y decidí preguntar algo al aire: ¿Quién eres? ¿Quién?. Pasada una hora, sin dormir, puse un CD, y puse una canción de Arjona, le día al "repeat" y escucho como cinco veces "Animal nocturno" y luego la apague. Ya casi va a amanecer, he cogido un poco de sueño, y he sentido, como querían quitarme la ropa interior. Claramente sentí que no era un sueño. Me acariciaba, y cuando me di cuenta que tenía toda la intención de hacer algo más que solo un roce. De un golpe, me he levantado. Volví a hacer la pregunta. Y le dije que era bien hombre, y que lo quería hacer, no iba conmigo. Son ya las 6:00 a.m. Hice un poco de café, puse la tele para ver las noticias..Y luego me fuí a trabajar.

En el trabajo me cuesta conversar esto con alguien. Me quedo callado mejor. Por la noche espero no volver a tener esta experiencia. Al acabar el día, ya estoy en cama. Música para volver a dormir. "Aquel Corazón" de Rossana, empeso a sonar. Sueño profundo. Pero me levanto a orinar, veo el reloj por curiosidad 2:00 a.m. Aún queda mucho. En cama, he vuelto a tener muchos sueños y pesadillas. 3:13 a.m. suena el telefonillo, del apartamento contiguo. En las madrugadas suena tan fuerte, que parece que fuese que tocaran aquí. Solo espero volver a conciliar el sueño. Un roce en mi cuello, me hace pensar muchas cosas. Me vuelve acariciar la espalda. En un momento de euforia. le he pedido que se deje de huevadas, ¡Por que no me acaricias el pene y me lo chupas! Sin poder conciliar el sueño, me he ido al baño. Al volver a cama, ya no me he echado, y solo me he sentado con la luz prendida. He puesto en bajísimo volumen una balada de la quinta estación.
-Oyes, me escuchas...Oyes--¿Dime quién eres? ¿Por qué me jodes?
¡ Déjame dormir por favor! Es que nunca vas a dejar de joderme..Ya van a ser tres años..Responde carajo!
-.....
Ya no tengo sueño. ¡Por la concha de su madre!

-Me escuchas..¿dime si eres hombre o mujer? Mira que no tengo psicofonías tuyas, ¿dime que quieres?...

Apague la luz y la música, y me eche a dormir..Y empecé a soñar con Lolí, aquella chica delgada muy guapa que me gusta, y que no me atrevo a decirle nada.¡Nada! Lolí, quieres irte conmigo al Perú, ahí podríamos ser felices, y hace menos frío que aquí..Te va a gustar Lima, es tan linda, luego te llevo a Machu Picchu, a que lo conozcas, también a Chiclayo, para que conozcas a mi abuelo, y al resto de la familia. Te gusta el fútbol, no me digas que eres del Barcelona, por que yo no, para nada! Yo soy del Madrid, y allá en Perú del Alianza. Te acompaño a tu casa, espero que tu mamá no se moleste contigo, por llevar a un extranjero a tu lado. Que bonita eres, y que sonrisa para más angelical. Gracias por este día maravilloso. Te podría decir te amo. ¡Te amo!.....4:00 a.m.

-¿Quién eres carajo? ¿dímelo por favor?...Me has despertado de un hermoso sueño.

-¿Quien es Loli?
-Mierdaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! -Que aterrado he quedado.
- Calma, calma...No tengas miedo, no dices que eres bien hombre y suelta la frazada..
-¿Quién eres tú y como entraste?
- Vivo aquí, desde hace mucho antes que tu, me llamo Francisco.
-¿Eres un fantasma o un espíritu?
-Soy un alma, que me quede sin vidas.
-¿Como sin vidas?
-Es que todos tenemos muchas vidas, y esta fue la ultima, y vivo así. Estas cagado de miedo.
-¿Y por qué me tocas y me jodes?
-¿Te jodo? te hago compañía...y tocarte, ¿pero me sientes?
-Claro pe' huevon, si a veces me quieres penetrar, tas' loco.
-Hace tiempo que no tengo relación alguna con nadie, ni con hombre ni con mujer.



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Francisco, fue su ultimo nombre. Allá por la década del 60' Era muy blanco, su rostro muy pálido, tenía bigote. Tenía 45 años cuando murió en un incidente en un bar, a causa de una mujer, a quien piropeo. El marido celoso le clavo una navaja en el corazón. Ambos eran marineros. Entre vino y el juego vivían. Su experiencia en el mar, los hacía más duros y curtidos. Francisco no tenía suerte con las mujeres, y solo ebrio se atrevía a decirles algo. Aquella madrugada, me pidió que no tuviese miedo, y que lo escuchase atentamente. Me contó muchas cosas. Algunas increíbles y sorprendentes. Yo realmente me moría de miedo al principio, pero poco a poco cogí confianza. Me dijo que había tenido el promedio de unas diez vidas. Me las contó todas con detalles. Le pregunte si conocía a don Antonio el dueño del edificio. Me dijo que no. Me confeso que solo conocía a la gente que pasaba por aquí, por este apartamento. ¿Tienes algún pacto con el diablo? le pregunte. Me respondió que si, ni no. Que tanto Dios como el diablo, tenían sus cosas. Ambos eran buenos, y también malos. Que había estar bien siempre del lado de los dos.
-Veo que eres soltero, ya que siempre duermes solo ¿tenías pareja en Perú?
-No- le respondí.
-Es que nunca traes a nadie en casa.
-Si, es que por el trabajo y eso, llego cansado.
-Muchas parejas que pasaron por aquí, cuando tenían sexo, siempre los miraba, y a veces me metía entre ellos..
-¿Y no se daban cuenta de tu presencia?
-Para nada. No conversaba con nadie desde hace mucho. Me gusta el color de tu piel.

Me he despertado a las 6:30 a.m. y me dispongo a trabajar. En el trabajo, pensaba en aquello. ¿Y si solo lo soné? ¿Por qué estuve tan aterrado? Que bello sueño tuve con Loli. Al caminar, me di cuenta que aquel hombre de bigote era Francisco. ¿Lo volví a soñar?... Espero que no se vuelva a repetir. Cambiar de apartamento, no esta en mis planes.

Son casí las 11:30 p.m. y ya estoy en cama. Hace tiempo que no rezaba. Hoy lo hecho, y he pedido solo poder descansar y si de soñar se trataba, soñar solo con Loli. Sin música y nada, me acosté. Entonces a eso de las 2:00 a.m. vuelven a tocarme..
- Como quisieras que fuera una mujer ¿verdad?
-Otra vez tu (con un poco de miedo le respondí)
-Cálmate amigo, solo quería conversar más, si tu querías.
-Pero tengo que dormir, para mañana trabajar.
-Ya se, pero déjame contarte algo
-¿Qué cosa?
- Pero antes, hazme un favor.
-¿Qué favor? (con temor de que quisiera algo carnal)
-Pon esa canción que dice: Volver a verte otra vez con los ojitos empapados del ayer, con la dulzura de un amor que nadie ve....-Ah, esa es de "La quinta estación" Sueños rotos.
-Si, esa ponla..que me encanta.

Empezó a sonar esa balada. Y me dijo que me levantara. Tengo que dormir, le dije. Pero me obligo casi a la fuerza y me levante. Me llevo en una balsa, a través de un pequeño riachuelo. Estamos en Suiza, aquí trabajo mi padre, cuando salimos de Galicia, en busca de un mejor futuro. Me enseño los campos donde labraban ¡Que bello lugar! repetía más de una vez. Entonces bajamos a caminar a unos montes. Estamos otra vez en Galicia, ahí cultivábamos patatas. Era lo único que había para comer..Oye que la patata es peruana-le decía una vez y otra. Mientras seguíamos oyendo la voz de Natalía, cantando esa balada. ¿Quieres ir a ver al Conde Dracula?- Me pregunto. Vamos para allá. Fui uno de sus empleados, una que otra vez participe en sus orgías. Le pregunte como así paso eso, y me dijo que en una de sus vidas pasadas, vivió con ellos. Estabamos en una orgía de sangre. El conde aquel, reclutaba, jovenes sanos y bellos, hombres y mujeres. (recordé aquella película donde actuaba Winona) No me arrepiento de esto, termino diciendo. Que linda canción es esta, decía y decía. Vamos más allá. Abrigate, por que aquí hace frió. Me llevo a la lejana Noruega. Fue un soldado. Vestía de piel. Que hermosas mujeres, veía allí. Rubias y de ojos azules. Muy hermosas, pero muy duras, dijo Francisco... Volvimos a aquella balsa, estamos en un rio. El río Rhin, en Alemanía. Un lugar muy bello. Era pastor de ovejas, cerca al río donde tenía su casa. Nos fuimos caminando y el camino se hacía muy largo. Vamos a Roma, a ver como matan cristianos en el coliseo. Lo que , lo había visto en libros. Viví muchas orgías, aunque había que dar, para recibir. Esta época de emperadores, si que me fascinaba. Decía con una sonrisa.Te va a gustar Portugal, por sus montes. Volvimos a caminar...No estamos cansados, y de tanto caminar, he llegado otra vez a Galicia. El lugar me parece conocido. Estoy en la obra donde trabajo. Me ha llevado a lo más alto, donde solo llega la grua. Mira, allá atrás, esos montes. Todo eso es nuestro, por que la tierra es de todos. Los montes gallegos, cubren de verde y de belleza. Bajemos por el ascensor, me pide él. Y nos fuimos a un bar. Allí tenía puesta una cazadora de cuero negra. Te gusta ¿verdad? Aquel lugar tenía dos plantas, no estaba acabado por que las paredes eran de ladrillos sin pulir. Arriba había un prostíbulo, y abajo el bar. Francisco subía y bajaba. Me pidió que tomara algo. La camarera, una chica muy guapa, me miro y me pregunto que tomaba. Le pedí un cubata de martini. ¿No eres de aquí, verdad? Si, como supiste, le dije. Es que siempre llegan unos cuantos aquí que van al mar, son buenos, pero cuando toman demasiado, dan miedo, por que sacan las navajas y quieren pelearse con todos. Solo sonreí ante su confesión, y más aún cuando me dijo que yo parecía distinto. Eres más tranquilo, se te ve.
Hola me llamo Ainara ¿y tu?
-Yo me llamo Jesús.
-Que nombre tan bonito, así se llama mi abuelo.
-Tu nombre es bonito, Ainara, pero es vasco ¿verdad?
-Si, mi padres son vascos, pero por cosas del destino llegaron a Galicia.
-Sabes eres muy linda, y tus ojos son muy bonitos.
-Gracias, ¿y a que te dedicas?
-Trabajo en una obra aquí cerca, pero también soy dibujante.
-Que bien, Jesús, entonces ya sabes donde estoy....
Francisco llega y me ha subido arriba, y no me ha dejado despedir de Ainara. Ve arriba a echarte unos cuantos polvos, cojones!! Aquí arriba hay muchas chicas y no se cual escoger. Escoge a cualquiera. Todas son iguales. En un rincón había un muchacho que ponía canciones y él le pidió la misma canción que escuchábamos. Aquella de "La quinta estación" En ese lugar he visto mucha gente que me parece conocida. Tendrán que ir a dormir, digo yo, para mañana ir a trabajar. Al acabar con una de esas chicas, me acerque a otra y perdí la cuenta.Salgamos de aquí, me dijo Francisco. Ya va a amanecer. Y nos fuimos caminando. Estoy ya en mi cama. Él vuelve a rozar mi espalda, le pido que me deje descansar.Seguía sonando esa balada en la voz de Natalia. Empezó a tocar mis partes íntimas, y no se por que me deje, en ese instante. Al amanecer, estaba muy cansado, y llame a mi jefe y le dije que estaba mal y no iría a trabajar. Me mando a ver al médico. Tome algo parecido a un desayuno, y salí a caminar. Me fui a aquel bar, parecía distinto, pero arriba no había nada, solo era un salón desocupado hace muchos años. Estaba ahí Ainara, al ver que no me reconocía, le pedí un café. Y seguía sin reconocerme. Le pregunte si se llamaba Ainara, me dijo: No, me confunde con mi madre, ella se llama Ainara, yo soy Ainoha. ¿Conoce a mi madre? Solo le respondí que sus nombres eran muy parecidos por eso la confundí. Me tome el café y me fui.

Llegando a casa, al entrar me encontré con don Antonio, quien me regalo unas botellas de vino que tenía. Ten Jesús, para que te la tomes con tus amigos. Le agradecí. Subí a casa y ahí la pase todo el día.


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